viernes, 3 de octubre de 2014

LO AMO



"La Conversación" - Henri Matisse

 
Lo amo con la muda devoción con que ama el espíritu, desprovisto de cuerpo, de motivos y de sentido.

Lo amo como una niña también, con deseos imperiosos y demandas insaciables.

Lo amo como un animal, que es igual que decir lo odio, pues no se trata ni de odio ni de amor sino de una selección instintiva y natural.

Lo amo como amaría un ciego al primer rostro que distingue luego de años de tinieblas, o como un viejo que mira hacia atrás con la resignación de aquel que comprende que morirá.

Su amor me rebela y me enciende, me impulsa a la lucha y a la caza; su amor me da paz, me da fuerza y me hace echar raíces en la tierra.

Su amor es el amor hacia todos los hombres y, al mismo tiempo, la negación de todos los demás.

Por verlo brillar, allá lejos, magnífico y eterno, renunciaría a todo impulso y a toda codicia; por sentirlo respirar en mi lecho, vencido, cansado y sereno, ni siquiera me atrevo a pensar qué daría, cosas de brujas y demonios, cosas que solo revelan los sueños.

Por llegar a conocerlo algún día, renunciando a mirarlo desde el cielo o desde el infierno, por verlo lavándose los dientes, revolviendo el café con leche, manchándose con la salsa de los tallarines, hablando demasiado sobre asuntos sin importancia, temiéndole a cosas que no son peligrosas, amándome a mi, que no soy perfecta...

daría lo que no es bueno y bello, ni malo y bello; lo vulgar, lo común, lo que se gasta y se deteriora, lo que carece de un atractivo especial, lo que es en realidad mi parte más humana, lo que en verdad me diferencia del dios y el animal.

abril 1998

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