viernes, 29 de agosto de 2014

Cofia KATSUGI

Quiero mostrarles otro de mis proyectos terminados. Utilicé distintas técnicas  que, como dije en la entrada anterior, desarrollaré maś adelante. Pero antes de pasar a las fotos me gustaría hacer una introducción, que viene al caso con lo que les voy a mostrar. Es en base a un artículo que me hizo llegar una amiga:

KATSUGI, el arte de la reparación o resiliencia

"Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro. Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.” (Barbara Bloom)

El arte tradicional japonés de la reparación de piezas rotas de un objeto de cerámica, cristal, porcelana u otros materiales, con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama katsugi o kintsugi (técnica japonesa originaria del siglo XV). El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original.

La idea es que cuando algo valioso se quiebra, una gran estrategia a seguir es no ocultar su fragilidad ni su imperfección, y repararlo con algo que haga las veces de oro.

Es ésta la prueba de la resiliencia, la capacidad de recuperarse.




(artículo original: http://www.amnypdelsur.org/kintsugi-el-arte-de-la-reparacion-o-resiliencia/)


Comencé mi proyecto basada en el patrón: http://www.ravelry.com/patterns/library/ruche-beret
La boina debió haber lucido de la siguiente manera:

© 2011 Joe Hancock

Se teje en circular y es un modelo raro, ya que la mayoría de los gorros se tejen desde abajo hacia arriba (desde el contorno de la cabeza hasta la coronilla) y este patrón empieza al revés.

Cuando la circunferencia que se teje es muy pequeña no se puede usar aguja circular y deben usarse agujas de doble punta (dpns). 




En este caso utilicé agujas de bambú. Las diferencias esenciales entre las agujas de bambú y las de metal son dos: 

a) las primeras no deslizan tanto como las segundas, por lo cual son buenas para tejedores principiantes o para patrones complicados que exijan mucho control de la labor.
b) al tejer, las agujas de bambú no hacen el clásico ruidito "clic, clic", que a mi me resulta delicioso pero puede haber gente a la que parezca irritante.

Una vez que la circunferencia es lo suficientemente grande, pasamos a aguja circular.




La boina era para mi hija Micaela. Ella me pidió que la adornara con una rosa de té y una flor de lavanda. Utilicé las del libro One Hundred Flowers to Knit and Crochet.





Hasta aquí iba todo bien. Pero algo salió mal cuando me tocó confeccionar el reborde del gorro. Evidentemente saqué mal algún cálculo porque al tejerlo (es una boina amplia) el punto elástico no frunció lo suficiente y la circunferencia quedó más o menos del DOBLE de tamaño de la cabeza de mi hija ... 

Yo suelo destejer a cualquier altura del trabajo, es una enseñanza de las tejedoras de mi familia: no importa cuánto tiempo lleve, el trabajo tiene que quedar perfecto.

¡Pero en este caso estaba casi al final del gorro!, así que traté de buscar una alternativa. Fruncí la circunferencia para que se adecuara al tamaño que buscaba (dejó de ser una boina y se convirtió en una cofia...) Luego le puse una cinta de raso para que quedara más prolija y le agregué las flores tejidas.

Bueno, ustedes podrán ver el resultado en las siguientes fotos. Poco tiempo después mi amiga me mandó el artículo sobre katsugi  y me dio en qué pensar.

No es uno de mis trabajos más prolijos pero quedé conforme con el resultado. Me hizo sentir muy satisfecha el haber podido dar con una alternativa y espero con esto poder darles valor a los tejedores que también se manden alguna "macana" (palabra que aquí en Uruguay usamos como sinónimo de error) justo al final del proyecto.


Aquí está el tejido en remojo. Suelo hacerlo con las prendas de lana, para que se compacten.





Adelaida luciendo la cofia ...






... ¡Nos vemos en la próxima!

martes, 26 de agosto de 2014

ROSA DE TÉ



El diseño original de esta rosa de té pertenece al libro 100 Flowers to Knit and Crochet de Lesley Stanfield, tejedora británica que es una de mis referentes. A pesar de haber aprendido a tejer en mi lengua materna, y siendo el español el idioma que encuentro más hermoso de todos (después viene el japonés) debo reconocer que es mejor aprender sobre tejido cuando el material está en inglés. Las tejedoras anglosajonas son mucho más claras y concisas al dar instrucciones sobre técnicas y patrones... aunque ninguna de ellas se compara con mi tía Peca. 

Partí del diseño del libro para crear un prendedor para mi amiga Cecilia. Hay muchas maneras de jugar a tejer, muchos caminos. Algunas veces comienzo pensando y fantaseando con el destinatario de mi obra, imaginando qué flor, de qué color, con qué hilado debería ser. Cansada de la ropa y los adornos producidos en serie, pienso que cada persona tiene una flor, real o imaginaria, que la define. Porque las flores son una metáfora casi perfecta de lo Femenino (nótese que cuando digo femenino puedo estar hablando tanto de un hombre como de una mujer ya que ambos aspectos cohabitan dentro de nosotros). 

En este caso fue Cecilia la que marcó el camino, como no podía ser de otra manera. Siendo mujer con una fuerza imponente de carácter, exuberante y extrovertida, pidió una rosa adulta color rojo vibrante y eligió un tono verde seco pero intenso para el tallo y el cáliz. Además, fue intransigente con el perfume de la rosa: quiso que oliera a jazmín.

Utilicé hilo perlé 100% acrílico, con un grosor como para agujas de 3,5 mm (aproximadamente). Lo elegí por la variedad de colores que hay en el mercado, por la resistencia del hilado, su tono semi brilloso y el sencillo mantenimiento de lo que se teje con él. Los hilados naturales como la lana o el algodón requieren demasiados cuidados y el resultado final no es tan diferente.

Más adelante voy a subir instructivos y detalles sobre fibras, agujas, técnicas y otros temas relacionadas con el tejido. Mi intención es traducir al español una cantidad de información para tejedores que actualmente solo está disponible en inglés. No quiero que resulte chocante el hecho de que voy a seguir utilizando muchos términos en su idioma original. Repito, es mucho más fácil aprender de esa manera. Más adelante ampliaré, ya que no quiero salirme del tema de la entrada, que es la confección de la rosa de té.

Las agujas que utilicé fueron de doble punta (a partir de ahora "dpns": double pointed needles) de 3,5mm para los pétalos y el cáliz y de 3mm para el tallo.



Las agujas de doble punta intimidan, lo se. Aquí en Uruguay no estamos acostumbrados a usarlas y cuando uno ve tejer con ellas parece un acto de malabarismo o algo parecido. No es tan difícil, requiere un poco de práctica las primeras veces, pero luego de que uno se acostumbra la mayor parte de los trabajos se vuelven tan sencillos como cualquier hábito.

Pocas cosas superan el placer de tejer con cuatro, cinco agujas a la vez... Una se siente una especie de maga, de hechicera... Hay que probarlo e ir dejando de lado, poco a poco, esta Cultura de lo Fácil que vivimos actualmente, donde todo nos llega hecho o está diseñado de manera que no sea tan necesario concentrarse y entrar en comunión con nuestro trabajo, el secreto más precioso que nos lleva a la Felicidad.


Esta vez me contento con mostrar el proceso de creación del prendedor. Las instrucciones están en el libro 100 Flowers to Knit and Crochet. En futuras publicaciones voy a subir mis propias instrucciones pero ténganme paciencia, explicar cómo se hace siempre es más difícil que hacerlo.

Aquí tenemos el primer pétalo...


Todos ellos...


El tallo y el cáliz...


Reconozco que tejer el cáliz... no es pa'cualquiera. Me costó horrores porque se teje en circular (las tres agujas entrelazadas) con tan solo tres puntos en cada una. Con la práctica iré mejorando pero me quedaron las manos doliendo de tanto hacer fuerza con los dedos, y de hacerlo y deshacerlo tantas veces. Pero a no intimidarse, los pétalos y el tallo son bastante más sencillos. Y hay muchas flores que son más fáciles también. Pero Ceci quería una rosa de té.

Jugando un poco con las piezas del rompecabezas...


Enhebrando cada pétalo con alambre color rojo de 0,3mm...



Poner alambre a las flores nos permite luego darles la forma que queramos, imitando a las naturales y cambiando su aspecto según nuestro capricho. Es un poquito más de trabajo, pero bien que vale la pena.

No hay alambre de estos grosores aquí en Montevideo, tuve que mandarlo traer desde China (!!!) via ebay. Me gustaría hacer una aclaración: fue necesario gastar cierta cantidad de dinero para conseguir los materiales y las herramientas que muestro, pero lo que gasté en total equivale, más o menos,  a la compra de cuatro, cinco prendas de ropa en un Shopping, y con lo que tengo puedo tejer miles de flores o de cosas que se me ocurran. Y lo más hermoso de todo es que no están fuera de mi, no tengo que comprarlas en ningún lado; son parte de mi. Mejor aún, no solo son parte de mi sino que tienen un destino, un fin. No necesito pedirle mucho más a la Vida.


Por fin, la rosa armada...



En el diseño original los pétalos están acomodados más en punta, como la flor natural. Pero a mi me gustó de esta forma. De todas maneras, gracias al alambre ella se puede acomodar como se prefiera.





Ahora solo resta subir una foto con la dueña del prendedor, luciéndolo. Espero que les haya gustado mi publicación. !Hasta pronto!

lunes, 25 de agosto de 2014

Por qué tejo



Empecé a tejer a los ocho años. Mi tía abuela Peca llegó a casa de mi abuela Lelela con un ovillo de lana y dos agujas largas y finas. Me enseñó los puntos básicos: “para arriba” y “para abajo”, el punto bobo o Santa Clara, y el Jersey.

Esas vacaciones comencé varios proyectos, y los terminó todos la Peca porque yo no lograba tener paciencia. A Lelela la veía coser, a mano o con la máquina, pero a mi me fascinaban las agujas de tejer.

Después me olvidé, o creí olvidar.

Desde la adolescencia y hasta después de la primera juventud, mi vida se centró en mi cabeza. Como casi todos los miembros de la sociedad en que nací, me vi forzada a elegir entre lo que yo creí Masculino (Razón, Actividad, Arriba, Poder ...) y lo Femenino (Superstición, Pasividad, Abajo, Sumisión ...). Decidí estudiar ingeniería (informática, ya que jamás me pude divorciar totalmente de mi amor por los lenguajes) aunque con el tiempo la abandoné. También comencé a practicar artes marciales.

A mis diecisiete años, un profesor rebelde de filosofía desobedeció el programa vigente para 5º año científico y encauzó el rumbo de mi mente hacia la mujer que ahora soy. Se salteó Kant, Descartes y Aristóteles y nos introdujo en la filosofía del budismo Zen.

Fui una adolescente solitaria, estudiosa pero dispersa, y autodestructiva. Odiaba mi posición de mujer, y más me odiaba a mi misma porque me gustaba ser mujer. Pero el Poder y la Libertad estaban en el lado del hombre, eso aparentaba ser muy claro para mi.

Sin embargo, después de mucho caminar y de aprender con el ensayo y el error, luego de pasar por algunos triunfos y cientos de fracasos, estoy de regreso por fin en la Casa de mi Abuela.

Me adueñé otra vez de las agujas, a las cuales siento como un símbolo de mi linaje materno, y se que no las voy a soltar nunca. Todavía no se bien cómo hice para recuperarlas, creo que de alguna manera coagularon todos los aprendizajes inconexos que recibí y tomé a lo largo del camino...


Lo único que puedo agregar es que nadie nos prepara para sentir y pensar la Vida como un equilibrio de fuerzas, entre las cuales están lo Femenino y lo Masculino. Todo el tiempo nos obligan a elegir y discriminar. El racionalismo nos come el cerebro como una religión más, la sociedad de consumo nos estimula a competir, acumular y vivir eternamente insatisfechos. A mi me llevó casi toda mi vida bajar de esa “calesita loca”. Todavía tengo pesadillas en donde vuelco mi miedo a subirme a ella otra vez.

Hay una simple frase que me ayuda siempre a no perder la fe: Crear es el único camino que nos lleva a la Felicidad. Resume en pocas palabras todo lo que he aprendido hasta ahora y por eso quiero compartirla, deseosa de que mi experiencia pueda servirle a alguien más.

Todo lo que hay en este blog está diseñado, desde el principio, para compartir. Y quiero ser sincera admitiendo que, más que por generosidad, es por necesidad. El Arte es estéril si no se entrega. Al igual que la fruta fresca guardada por demasiado tiempo, se pudre y regresa al lugar de donde salió: el fondo de la tierra.

Bienvenidos una vez más. Tomen lo que necesiten. Gracias.